jueves, 21 de abril de 2011

La cacería

Otra noche más. Otra cacería más. Hubo una época en la que ésto me gustaba, en la que era un hobby. Ahora es rutina, tedio, comienzo a odiarlo, si no lo odio ya.


Para hacerlo un poco más suave, decidí ir a mi coto favorito. Uno de esos bares de copas, oscuros, con tubos de neón y Leds que aumentan la sensación de oscuridad más que iluminar. Un bar en los que la clientela mimetiza las sombras vistiendo de negro su blanca piel. Un bar con música dura, tintes góticos, siniestro y vampírico. Un bar donde hermosas y esbeltas chicas de piel de mármol te miran hasta dejarte helado con sus labios tan rojos que llegan a doler en tanta oscuridad.


El perfecto coto de caza para lo que iba a hacer. Una pena que no vaya a disfrutarlo.
 

Me equipé para la caza. Me vestí de negro, como si fuera a un funeral. Adapté mi expresión para asistir a mi propio funeral, viéndolo con risa sarcástica por haber esquivado a la Parca. Me puse también mis lentillas. Nunca salgo de caza sin las lentillas, aún y cuando veo perfectamente. Son indispensables para lo que iba a hacer.


Salí a la calle. Pillé el primer taxi que pasó. Di la dirección al conductor y me encerré en mis propios pensamientos en el asiento trasero. Nunca suelo ir detrás en un taxi, aún yendo solo, pero hoy necesitaba aislarme, necesitaba matar ese sentimiento de culpabilidad que me embargaba en las últimas cacerías.


¿Por qué me sentía así? Era mi voluntad hacerlo, nadie me había obligado, es el destino que he elegido para mí, podria incluso dejarlo. Pero éste destino, una vez te agarra, no te suelta. Sus garras son de acero. De ésas garras que, una vez clavadas en la carne, hacen más daño al retirarlas que dejándolas clavadas.


No. Nunca iba a dejarlo. El fin llegaría cuando la garra me atravesara. El fin requiere mi vida.


Y no se lo iba a poner fácil.


Ni él a mi.

martes, 19 de abril de 2011

Bienvenidos a Historias de Botica

Pues bien, aquí comienza mi aventura como escritor. Que nadie se confunda con el título. Ésto no es un blog de cotilleos de la facultad de farmacia, ni un blog de noticias farmacéuticas. Es un blog de relatos. El título le viene, cómo no, por mi propio apodo.


Aquí os contaré relatos nacidos de mi propia y aburrida imaginación, a veces enlazados unos con otros, otras no, a veces más largos, otras más cortos, depende de cómo me coja el día. De momento tengo varias ideas de qué escribir, pero tienen que cuajar. Pero para que no caiga en el olvido la idea abro el blog, así me obligaré a escribir.


También es posible que comparta algún relato externo que encuentre en alguna web, blog, o foro ajeno, si es posible claro. En tal caso, como es normal, lo diría y pondría el enlace al original.
Os invito también a colaborar, a que escribáis, a que publiquéis. Todos los textos serán bienvenidos.


Espero que disfrutéis de esta ida de olla tanto como (creo) voy a disfrutar de ellas.
Un abrazo.



                                                                                                                                    Boticario117.