lunes, 25 de junio de 2012

El Pacto

Conste en acta antes que nada que este texto no es mío. Lo he encontrado rebuscando en mi Facebook cosas antiguas y he decidido compartirlo con vosotros (como ya en su día indiqué que este blog no iba a ser exclusivo de mis creaciones enfermizas). Ignoro el autor, de dónde lo saqué e incluso el título original (creo que era el que indico en el título del post). Lo mismo da, pero si algún lector lo supiera, por favor, le pido que me lo indique en un comentario.


Con todos ustedes la reapertura de este blog tanto tiempo parado. Con todos ustedes "El Pacto".

viernes, 22 de julio de 2011

La Esfera

Escribo esto bajo una considerable tensión mental, ya que al caer la noche mi existencia tocará a su fin. Sin un céntimo, y agotada la provisión de droga que es lo único que me hace soportable la vida, no podré aguantar mucho más esta tortura e iré al encuentro del terror que me acecha en las sombras. Que mi adicción a la morfina no les lleve a considerarme un débil o un degenerado. Cuando hayan leído éstas páginas apresuradamente garabateadas, podrán comprender, aunque no completamente, por qué debo olvidar o morir.

viernes, 6 de mayo de 2011

Autopista al infierno

I'm on the highway to Hell! On the highway to Hell!
Highway to Hell! I'm on the highway to Hell!
- ¡Quita eso! ¡No me tortures más con esa música!

There is a house in New Orleans. They call the Rising Sun.
And it's been the ruin of many a poor boy. And God I know I'm one...
- Cuando digo que la quites es para que la pares, no para que pongas la siguiente canción del disco...
- ¿Pero qué te pasa?
- Llevamos todo el día en el coche, hace calor, me duele la cabeza, y eso no es la mejor combinación para escuchar rock hijo mío...
- Está bien, lo paro. En el siguiente pueblo paramos y buscamos un hostal.
- ¿Estás loco? Estamos en medio de ninguna parte. Sigamos hasta Las Vegas.
- ¿Pero no dices que estás cansada? Yo también lo estoy, todo el día conduciendo, encima se hace de noche ¿me quieres dar el relevo?
- Hhhhhhhmmmm....
- Entonces paramos ¿no?
- Paramos... según el mapa el siguiente pueblo queda cerca, hay un lago parece, aunque en medio de este desierto me imagino más una charca embarrada.
- Pues vamos a la charca y buscamos una tasca de película americana donde tomarnos unas copas.
- Mmmm...
- ¿En qué piensas?
- ¿Acaso piensas que vas a ligarte a una camarera?
- ¿?
- La verdad es que no me preocupa eso, llevas todo el día con una chica en shorts y bikini pendiente de todos tus movimientos... Pero claro, como estás tan enamorado de esta chatarra...
- ¡Eh! ¡No digas esas cosas! Esta "chatarra" es un Chevrolet Impala del 67...
- ... que es el coche de Dean y Sam Winchester, de Sobrenatural. Sí, lo se, eres un friki.
- Y tú estás celosa de un montón de chatarra.
- Se de alguien que esta noche se queda sin fiesta...
- Eh...
- Ah, ah. ¿Por qué no duermes en tu precioso Impala mientras yo me voy al bar? Puede que encuentre algún chicarrón del desierto que no tenga un coche tan chatarroso y...
- Está bien, tú ganas. Dejaré de hablar del coche y te echaré más cuenta a ti cuando no estemos en carretera.
- Si es que al final todos sois igual de simples... Mira, allí está la salida hacia el pueblo.


En el cruce giraron a la izquierda. El pueblo estaba tranquilo. Algún viandate por allí, un par de personas charlando en el supermercado de al lado de la gasolinera, un viejo sentado en un banco... No se veía ningún hostal por ninguna parte, así que volvieron y le preguntaron al viejo del banco.

- Perdón señor, ¿sabe dónde podemos encontrar un motel en el pueblo?
- Tomad el camino a la vieja mina, al lado del lago. Está señalizado, no tiene pérdida.
- Gracias, hasta la vista.
- Esperad. Aunque es el único lugar cerca no se lo recomiendo.
- ¿Perdone?
- Han pasado cosas raras en ese lugar, hay rumores, habladirurías, se dicen cosas extrañas, y no del todo inciertas parece ser. Mejor que continúen su camino.
- Creo que nos arriesgaremos, pero gracias por el consejo.

- ¿Qué crees que quería decir el viejo con eso?
- Ni idea, pero no me asusta, ¿o es que tienes miedo de que le pase algo a tu precioso coche?
- Ñiñiñiñiñiñi...


Llegaron por fin al hostal. Aparcaron. Bajaron y fueron a pedir habitación. El motel no estaba mal, no era gran cosa, pero no parecía el lugar que se habían imaginado. No creía John que fuera a aparecerle un fantasma por la esquina del final del pasillo. Jane también alejó de su mente a ese asesino que le acechaba entre las sombras del baño de la habitación armado con un cuchillo de carnicero. Todo parecía tranquilo en ese apacible lugar.


Tras dejar las maletas salieron en busca de un lugar que demostrara que el pueblo tenía algo de vida. No les costó mucho, cerca del hotel se encontraba el bar donde parecía tener lugar toda la vida social del lugar. Ruido de platos, olor a parrilla, murmullo de conversaciones apagados por los gritos de los jugadores de billar, música reproducida por una vieja gramola, miradas acusadoras de "forasterismo"...

*    *    *

jueves, 21 de abril de 2011

La cacería

Otra noche más. Otra cacería más. Hubo una época en la que ésto me gustaba, en la que era un hobby. Ahora es rutina, tedio, comienzo a odiarlo, si no lo odio ya.


Para hacerlo un poco más suave, decidí ir a mi coto favorito. Uno de esos bares de copas, oscuros, con tubos de neón y Leds que aumentan la sensación de oscuridad más que iluminar. Un bar en los que la clientela mimetiza las sombras vistiendo de negro su blanca piel. Un bar con música dura, tintes góticos, siniestro y vampírico. Un bar donde hermosas y esbeltas chicas de piel de mármol te miran hasta dejarte helado con sus labios tan rojos que llegan a doler en tanta oscuridad.


El perfecto coto de caza para lo que iba a hacer. Una pena que no vaya a disfrutarlo.
 

Me equipé para la caza. Me vestí de negro, como si fuera a un funeral. Adapté mi expresión para asistir a mi propio funeral, viéndolo con risa sarcástica por haber esquivado a la Parca. Me puse también mis lentillas. Nunca salgo de caza sin las lentillas, aún y cuando veo perfectamente. Son indispensables para lo que iba a hacer.


Salí a la calle. Pillé el primer taxi que pasó. Di la dirección al conductor y me encerré en mis propios pensamientos en el asiento trasero. Nunca suelo ir detrás en un taxi, aún yendo solo, pero hoy necesitaba aislarme, necesitaba matar ese sentimiento de culpabilidad que me embargaba en las últimas cacerías.


¿Por qué me sentía así? Era mi voluntad hacerlo, nadie me había obligado, es el destino que he elegido para mí, podria incluso dejarlo. Pero éste destino, una vez te agarra, no te suelta. Sus garras son de acero. De ésas garras que, una vez clavadas en la carne, hacen más daño al retirarlas que dejándolas clavadas.


No. Nunca iba a dejarlo. El fin llegaría cuando la garra me atravesara. El fin requiere mi vida.


Y no se lo iba a poner fácil.


Ni él a mi.

martes, 19 de abril de 2011

Bienvenidos a Historias de Botica

Pues bien, aquí comienza mi aventura como escritor. Que nadie se confunda con el título. Ésto no es un blog de cotilleos de la facultad de farmacia, ni un blog de noticias farmacéuticas. Es un blog de relatos. El título le viene, cómo no, por mi propio apodo.


Aquí os contaré relatos nacidos de mi propia y aburrida imaginación, a veces enlazados unos con otros, otras no, a veces más largos, otras más cortos, depende de cómo me coja el día. De momento tengo varias ideas de qué escribir, pero tienen que cuajar. Pero para que no caiga en el olvido la idea abro el blog, así me obligaré a escribir.


También es posible que comparta algún relato externo que encuentre en alguna web, blog, o foro ajeno, si es posible claro. En tal caso, como es normal, lo diría y pondría el enlace al original.
Os invito también a colaborar, a que escribáis, a que publiquéis. Todos los textos serán bienvenidos.


Espero que disfrutéis de esta ida de olla tanto como (creo) voy a disfrutar de ellas.
Un abrazo.



                                                                                                                                    Boticario117.